Después de muchos días, la bestia habla conmigo y nos ponemos de acuerdo: estamos famélicos. Ingerimos muchas mentiras y por eso seguimos vacíos... literal y figurativamente. Veneno a veces es un Basilisco, un monstruo del Pantano, una planta carnívora. Pero yo siempre soy Vido… y ya no puedo vivir en una maceta. Aunque Dimas sea muy hospitalario, no puedo abusar más de él. No hay Talía o Melpómene me inspire esta noche. No tengo nada que comer.